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Editorial – Sinergia 09/19

El tema de la educación es sin duda el tema principal y más desafiante de las sociedades y que en tiempos de la revolución cibernética es aún más grande que el que se debatía a finales del siglo XIX y el siglo XX, ya que en la medida que se apunta a la capacitación de niños y jóvenes tecnológicos, nacidos en un mundo digital, con intereses y en una realidad distinta a los que tenían los educadores de a veces apenas una generación anterior.

La importancia de la educación y de que la misma sea pertinente es vital dado que ofrece a los niños en muchos casos la única oportunidad posible para salir de la pobreza y el único camino hacia un futuro prometedor.

En pleno siglo XXI resultan alarmantes los informes de UNICEF, que indican que alrededor de 264 millones de niños y adolescentes de todo el mundo no tienen la oportunidad de acceder a una escuela o completar su educación, esto equivale a más de 76 veces la población de Uruguay. Su educación se ve frustrada por la pobreza, la discriminación, los conflictos armados, las emergencias y los efectos del cambio climático.

Si tomamos en cuenta el amplio abanico y las diversas realidades, para los niños que viven situaciones de emergencia, la educación representa seguridad, normalidad y conocimiento para construir un futuro y para ello UNICEF desarrolló sistemas educativos que ofrezcan oportunidades a los niños más desfavorecidos del planeta para que transformen sus vidas a través de programas y apoyo de los Estados.

El rol que juegan los Estados en materia de educación es medular y está ligado al grado de compromiso y sensibilidad de los gobernantes a través de la promoción de políticas sociales tendientes a llevar la educación en todas sus manifestaciones a los niños.

El concepto de educación es complejo, es mucho más que transmitir información curricular, la que sin desmerecer la importancia de la misma es insuficiente para la formación integral de las personas. Educar es enseñar, impartir valores, principios, tradición, costumbres todo aquello que hace que una persona se convierta en un adulto sano y noble.

Mucho se ha dicho y se ha hecho en materia de planes de enseñanza, métodos, procedimientos y caminos a seguir en pos de la mejora de los resultados, tomando en cuenta que su eficacia se proyecta en la formación de las futuras generaciones.

Muchos métodos se han puesto en práctica para su mejora y el trabajo permanente está arrojando resultados ya que con orgullo cada vez más jóvenes egresan siendo primera generación de estudiantes universitarios, que provienen del seno de familias humildes de trabajadores y obreros lo que es un logro para nuestro país.

Cada vez más el mundo apunta a que a los docentes se les imparta una educación más global y menos fragmentada, que no esté compuesta por instrucciones estandarizadas en cuanto a métodos de formación de los docentes corriendo el eje de los aspectos exclusivamente pedagógicos y evaluativos, elevando de esta forma el umbral en la formación. En nuestro país, el Artículo 220 de la Ley 18.407 establece: “Enseñanza del Cooperativismo. Los órganos competentes de la educación, en coordinación con el INACOOP, deberán elaborar los programas curriculares de los niveles primario, secundario y terciario, que incorporen progresivamente la enseñanza y la práctica del cooperativismo, así como la formación de los docentes respectivos”. De esa forma, el legislador, resumiendo el esfuerzo y dedicación de generaciones de dirigentes de la talla de Juan José Sarachu, Jorge Alvariño y tantos otros, entendió la importancia de la enseñanza del cooperativismo en todos los subsistemas de la educación incluido Formación Docente, por su aporte en valores, principios y acciones para la construcción de una sociedad más justa, promoviendo una educación integral que fomenta la inclusión social, así como el conocimiento de las personas, su entorno familiar, la comunidad y el mundo natural, y desarrolla la comunicación y el razonamiento hacia la convivencia responsable en cada comunidad. El mundo universitario tampoco es ajeno a esta impronta. La UDELAR cuenta con un área de extensión dedicada al sector cooperativo y la economía social y la Facultad de Ciencias Económicas y Administración con un Diplomado en Gestión Cooperativa.

El aspecto fermental de la enseñanza está en esa impronta y marco de libertad que debe tener el docente para formar a las mujeres y hombres del mañana. Como nos decía Vaz Ferreira en 1910 en su “Lógica Viva”, el docente debe percibir “la eclosión de las almas” de los alumnos, la explosión de los cerebros, que es lo que ocurre cuando los jóvenes aprenden a pensar por si mismos, a cuestionar, a debatir más allá de los límites de los programas académicos. Por eso nos decía “que el espíritu de los alumnos no termine en un muro” ese es el deber de un docente y el espíritu fermental de la enseñanza.

La lucidez de Vaz Ferreira es atemporal y puede ser aplicable a los tiempos en que vivimos cuando expresa que: “La tendencia pedagógica que debe orientar nuestra enseñanza ha de inspirarse, sobre todo, en el punto de vista educativo y de cultura general, nunca prematuramente especializado. (…) Los estudios de cultura general “ (deben de ir) “preparando y desarrollando las facultades intelectuales, hacen al sujeto pedagógico infinitamente más capaz de asimilarse los propios conocimientos especiales, que una educación puramente especializada.” 

De esta forma queda demostrada que las mentes lúcidas no importan en el tiempo que hayan vivido para mantenerse vigentes en su pensamiento y en un tema tan cardinal como es la educación. Así como citamos la brillantez del filósofo Vaz Ferreira; en nuestra enseñanza ante los nuevos desafíos sigue más vigente que nunca los principios de José Pedro Varela en todo su contenido y alcance.

El movimiento cooperativo uruguayo no es ajeno a esta preocupación, es así que ha impulsado la Escuela Nacional de Cooperativismo, un espacio que se constituye a partir de un proceso de especialización e institucionalización de las estrategias de educación cooperativa del movimiento manifiestas en diversas formas. La federación que nuclea a las Cooperativas de Consumo (FUCC) de la cual formamos parte, cuenta con un miembro en la Escuela a través del cual canalizamos nuestras inquietudes al respecto.

En el entendido de que la educación es un proceso que se da a lo largo de la vida, la Cooperativa de la Previsión Social impulsa a través de su Comisión de Educación, Fomento e Integración Cooperativa múltiples iniciativas con una interesante agenda a lo largo del año. Recientemente, al amparo del PROCOOP que es un Programa que desarrolla capacitaciones y asistencias técnicas destinadas a cooperativas, se participó en un curso sobre cooperativismo destinado a cooperativas de consumo impartido por el Centro Cooperativista Uruguayo. Poco antes, estuvimos presentes en los talleres “Promoviendo igualdad de género en las Cooperativas” impulsados por INMUJERES y ONUMUJERES en sede de Inacoop.

Asimismo, mantenemos durante el año un calendario de charlas y talleres en nuestra extensa red de agencias y sucursales de todo el territorio nacional con énfasis en tópicos de interés para nuestra masa social, acercando a los afiliados en su localidad de residencia estas actividades a cargo de especialistas en la materia.

El movimiento cooperativo, del que somos miembros orgullosos y al que hemos aportado destacados dirigentes, asume mediante la educación el rol que le compete en la formación y difusión de sus valores y principios, indiscutibles protagonistas en la construcción de un mundo más justo, sostenible y solidario.

Consejo Directivo de la Cooperativa de la Previsión Social

COOPERATIVA BANCARIA (C) 2019

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